Primeramente, el portabebé ergonómico debe estar fabricado en un tejido flexible, que se adapte al cuerpo del bebé y a la curvatura de su columna vertebral, a la vez que proporciona un soporte firme y una distribución óptima del peso.
En segundo lugar, los productos especializados en porteo ergonómico, bien sean mochilas de porteo, fulares, bandoleras, etc, deben tener un diseño que permita un correcto asiento del bebé, y la orientación de su pelvis para que apoye sobre nuestro cuerpo, es decir, bascular la cadera.
En tercer lugar, debe proporcionar una adecuada sujeción a la cabeza y cuello del bebé, sin impedirle la visibilidad y movilidad, algo fundamental para que el bebé esté cómodo y el porteo sea exitoso. Por último, el portabebés ergonómico debe ser evolutivo, lo que significa que pueda ir “creciendo con nuestro bebé” y adaptándose a las diferentes etapas. Cuanto mayor grado de ajuste, más fácil será conseguir la posición ergonómica correcta del bebé.